martes, 15 de enero de 2008

Una de libros...

Apesar de los libros que he leído en mi vida; de las historias que han llegado a mis manos, a las que me he enganchado sin la menor contemplación a los horarios en los que las estaba leyendo, algunos sabéis de mi último fetiche, no es otro que el regalo bomba que me hizo alguno... Canción de Hielo y Fuego, del que devoré (a horas no muy normales para estar leyendo) la primera entrega, Juego de tronos, y las dos siguientes están reposando en mi mesa esperando a un momento de libertad en el que caer en ellas. Otra saga que me mantuvo en vilo, fue Dune, también relacionada con el sujeto de antes.
He de confesar que yo más bien suelo engancharme a autores, y soy fiel, desde hace unos seis años, a Juan José Millás, aunque nunca he despreciado ningún cuento de Don Antonio Pereira, ni leer algo de García Márquez (a pesar de que Histora de mis putas tristes, no fuese lo que me esperaba). En este club de mis "referidos" o mis "referentes" se ha intregrado con mucha fuerza Ángeles Mastretta (y más me vale, porque voy a dedicarle mucho tiempo...)
Todo esto es para poner de manifiesto que aunque me cueste reconocerlo, de todas las lecturas que he hecho en mi vida, unas por obligación y las más por devoción, única y exclusivamente, que yo recuerde, me han hecho llorar solo dos: La insoportable levedad del ser de Milan Kundera (no sé si dirá algo bueno de mí o no, pero aún recuerdo lo que le pasó a Karennin) y Camino de Hierro de Nativel Preciado, que acabo de acabarlo, valga la redundancia, hace 5 minutos (y que conste que no es por la excusa de la memoria histórica con las que se vende el libro, sino por el final... que yo creo que quién lo lea y haya pasado por ello, por lo menos se emocinará).
Ahí queda eso... Seguiremos informando.

Cuidaos. Un saludo.


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