martes, 29 de enero de 2008

3 años...

El tiempo… Ese dios todopoderoso que hace que un TODO se convierta en NADA.

Ser omnipotente que convierte los momentos de dolor en recuerdos o sueños que solo nos escuecen en determinados momentos… como por ejemplo hoy.

No es que ayer no me haya pesado. Saber que dos buenas amigas atraviesan momentos difíciles hace que algo se te revuelva por dentro y sientas la necesidad de estar a su lado, o, aunque solo sea, mandarles mensajes de ánimo, porque sabes, o al menos te imaginas, por lo que están pasando.

El tiempo… El tiempo que todo lo cura, no evita el escozor de esos días marcados en el calendario como si alguien los hubiera grabado con fuego.

Año tras año, aunque solo vayan tres, que a veces parecen una eternidad y otras un mero suspiro, llegamos al 29 de enero y ese día… ese día toca recordar. Rememorar tiempos mejores, recordar momentos felices como unas bodas de oro, los días de pesca, los paseos en la infancia, los juegos... Lo malo es que a eso momentos aún se les suman otros no tan felices… La enfermedad, la soledad, el peso de la carga y el abandono; el querer decir, pero ya no poder porque no vas a tener respuesta; las lágrimas que no dejaste escapar; el agobio de la gente queriendo saber unos porque les importaba de verdad y otros, por desgracia los más, porque les gustaba el morbo de tu dolor… El dolor… aquel dolor, este dolor más atenuado de la pérdida, de la ausencia… Seguir esperando a entrar en casa y encontrártelo con su tapete y su solitario, con la gata al lado viéndolo jugar… ¿Alguna vez se irá ese deseo?

El tiempo, sin embargo, no ha conseguido borrar de mi memoria que hace tres años que empecé a creer en los ángeles, porque conocí a uno que se fue un día como hoy, para seguir siendo mi Ángel de la guardia, nuestro Ángel en el camino.

Vayan un beso y un abrazo muy grande para allá donde quiera que estés abuelo.


PD.
Creo que he tomado como terapia escribir cada año por estas fechas sobre él.
Lo siento si a alguien le molesta, pero creo que lo necesito.

1 comentario:

SONIA dijo...

Ains. Con esa terapia nunca se marchará, eso es lo bueno, que lo haces presente a través de tu memoria.
Besos bicho!